Luis Díaz Aldana, mi padre, hijo de padres zacapanecos que eran sencillos, totalmente ajenos al mundo del arte, empezó su trayectoria artística, autodidacta, el mismo año en el que nací. Por ello, desde temprana edad estuve rodeada de obras de arte en proceso, así como por artistas y críticos, amigas y amigos. Siendo la hija mayor, fui también, la primera que ayudo a mover el papel, levantar el cuadro, recoger la tela… y creo que por ello, tengo una conexión especial a su arte.
Si tuviera que resumir en una palabra lo que más me impacta de su obra, sin pensarlo dos veces, escogería el vocablo concepto, pues es eso lo que más admiro de su arte. No son solo pinturas, esculturas o grabados. Detrás de cada una de las muestras que ha presentado hay un concepto que se extiende muchas veces hasta el público, quien sin saberlo, se vuelve parte de la obra.
Disfruto al escuchar relatos de sus primeras aventuras en el arte conceptual a principios de los 60’s, los tiempos de la Galería DS. Me hubiera encantado asistir a eventos como Tierra habitantes, montaje ambiental en el cual los asistentes se vuelven parte de los personajes abstractos expuestos en los muros, al ser iluminados únicamente